Foodie Love: la poesía también se come.

Hola a tod@s.

Hoy me apetecía hacer una entrada diferente, algo que se salga un poco del molde del blog, de a lo que os tengo acostumbrados. Y es que a parte de comer y cocinar, también me gustan más cosas en la vida y una de ellas es el mundo del cine/series. Es un hobby que ocupa mucho tiempo en mi vida y cuando descubrí que existía una serie llamada Foodie Love, algo dentro de mí  supo que esa serie iba a ser para mí. Lo que no sabía  es que a parte de por la comida, esta serie me iba a cautivar por muchas otras razones.

Sinceramente,  la razón principal por la que siento que esta serie está hecha para mi es que une casi todas las cosas que más me llenan en la vida: comer, viajar, reflexionar, el amor y las relaciones. He disfrutado demasiado viendo esta serie tan única y especial que no podía no compartirlo con todos vosotros. Dejadme que os cuente, sin spoilers, un poquito más sobre qué esperar de esta serie y por qué debéis verla cuanto antes.

Comer y comida son dos cosas diferentes

Me encanta  cómo esta serie diferencia perfectamente el acto de comer de la comida. Como separa la necesidad primaria que nos supone comer, de el placer que nos puede proporcionar una buena comida.

Han sabido reflejar de manera fiel el mundo foodie; esa lucha eterna y constante por encontrar el mejor sitio donde ponen la mejor comida X, esa satisfacción cuando realmente crees que lo has encontrado y lo estás  disfrutando. Y por supuesto, lo mejor del mundo foodie: compartirlo. Y no me refiero (aunque también) a Instagram, si no a compartirlo con los tuyos, con esos otros foodies de tu vida. Y es que la comida, como todo en la vida, siempre es mejor si tienes con quien compartirla.

Viajar en busca de la mejor comida

No se vosotros pero para mi descubrir nuevos sabores y platos es una de las razones por las que amo viajar. En Foodie love se trasmite perfectamente este sentimiento, ya que podemos ver espectaculares localizaciones y escenarios gracias a este amor por la comida que mueve a los protagonistas.

Además,  también  nos muestran cómo viajar puede ser tan sencillo como explorar los barrios de tu ciudad en busca de esos locales escondidos y que solo los buenos foodies conocen. Me ha encantado con qué gusto se muestra esta parte tan bonita del mundo foodie.

Poesía disfrazada de comida

Está  claro que esta serie me captó por la comida pero lo que realmente me enamoró fue la poesía, la reflexiones que se esconden tras esos platos, tras esas cenas.

Los dos protagonistas de esta serie nos muestran poco a poco sus reflexiones sobre la vida, sobre las relaciones, sobre sí mismos. Esto hace que se conviertan en dos personas muy reales, dos amigos que te invitan a reflexionar con ellos, cosa que a mí me engancha  siempre. Y es que si algo alimenta mi cerebro son las reflexiones y filosofar sobre todo, absolutamente todo en la vida.

Esta serie nos invita a reflexionar sobre temas como todo lo que aprendemos sobre nosotros mismos cuando estamos con otras personas. Vemos  como dos personas que se están conociendo van descubriendo cosas tanto del otro como de sí mismos. Puedo haber algo más  real que eso?

Imperfecciones del amor perfecto

Toda la serie gira entorno a la relación que se empieza a crear entre dos personas, entre dos extraños que poco que poco dejan de serlo. Nos explica cómo el amor puede volverse muy complicado por culpa de los fantasmas que todos arrastramos y cómo amar a alguien no es solo aceptar y querer a esa persona sino también a todos esos fantasmas que le acompañan. Ver cómo estos dos personajes luchan y sufren por llegar a conseguirlo es uno de los ganchos de esta serie sin duda.

De ellos diré que ella es mi nueva virgen de agosto (pero de Barcelona), una de esas personas con un aura especial y única que se ve nada más conocerla. Él, sin embargo, es un poco lo opuesto, una persona que solo poco a poco te deja ver quién es realmente. Dicen que polos opuestos  se atraen. ¿Verdad?

Por último, solo deciros que os  invito a que veáis esta serie hasta el final ya que se trata solo de 8 capítulos con un desenlace intenso y sorprendente, de esos que te hacen entender esos pequeños detalles de la historia que creías que no habías visto pero que después  cobran mucho sentido. 

Un saludo a todos mis foodies y nos vemos en el próximo post 😉